Viajar por motivos laborales siempre implica cierta presión. Aunque disfruto de moverme entre ciudades, lo que suele marcar la diferencia entre un viaje fluido y uno caótico es algo tan básico como llegar (o volver) a tiempo desde el aeropuerto. En mi caso, que vivo y trabajo en A Coruña, esto se vuelve especialmente relevante cuando uso el aeropuerto de Alvedro, que está muy cerca… pero no lo suficiente como para improvisar.
Con los años aprendí que lo que pasa entre mi casa y el aeropuerto determina todo lo que viene después. Si el traslado se complica, ya empiezo el viaje acelerade y con la sensación de que voy contrarreloj. Por eso terminé tomándome muy en serio la organización de estos desplazamientos, tanto cuando salgo de la ciudad hacia Alvedro como cuando regreso después de varios días fuera.
Por qué los traslados entre A Coruña y Alvedro necesitan más planificación de la que parece
A simple vista, parece un trayecto sencillo: diez o quince minutos de desplazamiento, sin grandes distancias ni carreteras complejas. Pero justo por eso, es muy fácil confiarse. Y esa falsa sensación de “ya estoy cerca” me hizo más de una vez llegar con la hora demasiado justa.
Los problemas suelen ser siempre los mismos:
- picos de tráfico por la mañana,
- obras puntuales en las entradas a la ciudad,
- vuelos a horas incómodas (6:00, 7:00…),
- y la dificultad de encontrar transporte disponible a primera hora.
Después de un par de sustos innecesarios, decidí que necesitaba resolverlo de forma más estable. Especialmente en desplazamientos de trabajo, donde no puedo permitirme retrasos.
Ahí fue cuando empecé a organizar todos mis movimientos con antelación y apoyarme en servicios especializados que no solo te llevan, sino que entienden lo que significa viajar por motivos profesionales.
La diferencia entre un traslado puntual y un servicio pensado para viajes de empresa
Lo que más valoro cuando tengo que moverme entre A Coruña y el aeropuerto de Alvedro es la previsibilidad. No quiero estar pendiente del tráfico, ni de si habrá taxis disponibles, ni de si podré volver a la ciudad cuando aterrizo tarde. Necesito saber que alguien estará ahí, a la hora acordada, sin fallos.
Y justo ahí es donde entra algo que para mí ya es imprescindible: contar con un servicio especializado en traslados a aeropuertos para empresas.
Lo que diferencia este tipo de servicio de un traslado puntual es:
- la precisión en los horarios,
- la experiencia con vuelos, retrasos y llegadas nocturnas,
- la comunicación directa (sin apps intermedias),
- y la capacidad de adaptarse si viajas con más personas o equipaje.
Para quien se desplaza constantemente por motivos laborales —como es mi caso— esto cambia radicalmente la experiencia. No es solo que te lleven: es que entienden el contexto en el que viajas.
Cuando regreso a A Coruña después de un viaje largo
El trayecto inverso, desde Alvedro hacia el centro de A Coruña, también puede ser más complicado de lo que parece. Después de un viaje largo, reuniones intensas o escalas eternas, lo último que quiero es estar pendiente de esperar transporte o comprobar si hay disponibilidad.
Aterrizar, salir y encontrar el traslado acordado me da una sensación de cierre que agradezco muchísimo. Especialmente cuando vuelvo tarde o cuando los vuelos se retrasan. Saber que el conductor está al tanto de la hora real de llegada y ajusta su planificación a esos cambios es una tranquilidad enorme.
Lo que me funciona hoy (y por qué no lo cambio)
En mi experiencia, estos son los elementos que hacen que un traslado entre A Coruña y Alvedro funcione de verdad:
- Reserva previa, sin dejarlo para el último momento.
- Comunicación directa, sin depender de apps saturadas o algoritmos.
- Seguimiento de horarios de vuelo, sobre todo en llegadas.
- Puntualidad real, no “unos minutos antes”: exacta.
- Comodidad, porque un viaje empieza ya en el asiento del coche.
Puede parecer una tontería, pero organizarlo así me ha quitado muchísimo estrés y me permite empezar (o terminar) mis viajes laborales en calma, incluso cuando la agenda va al límite.

