El verano es sinónimo de vacaciones, sol, actividades al aire libre y, muchas veces, de cierto descuido en nuestras rutinas de salud. Cambiamos de horarios, comemos fuera con más frecuencia, dormimos peor por el calor… y todo eso acaba pasando factura. En este artículo quiero compartir algunos consejos personales que me han funcionado para mantenerme saludable durante los meses más calurosos del año, además de algunas recomendaciones profesionales que conviene tener a mano.
Hidratación, alimentación ligera y protección solar
Una de las claves más simples (y que más olvidamos) es beber suficiente agua. La deshidratación es más común de lo que parece, especialmente en personas mayores y niños. En mi caso, llevo siempre una botella reutilizable encima. Añadir unas rodajas de limón o unas hojas de menta ayuda a beber más sin darte cuenta.
En cuanto a la alimentación, en verano intento priorizar ensaladas, frutas con alto contenido en agua como la sandía o el melón, y evitar comidas copiosas a la hora de comer. Esto ayuda a tener una digestión más ligera y a mantener la energía durante todo el día.
Cuidado con los excesos
No está mal disfrutar, pero con equilibrio. Muchas veces abusamos de helados, refrescos o alcohol. Una buena práctica que aplico es alternar bebidas azucaradas con agua o infusiones frías sin azúcar, y si hay opción, elegir versiones caseras o naturales.
Tu piel necesita atención especial
La protección solar es básica, pero aún veo gente en la playa aplicándola solo una vez. Yo utilizo protección 50, la reaplico cada dos horas, y siempre después del baño. Y cuando noto la piel algo irritada, recurro a aftersun con aloe vera o caléndula para calmarla.
Cuida también tu botiquín y acude a profesionales de confianza
Siempre preparo un pequeño botiquín para viajes y escapadas, con lo básico: analgésicos, antisépticos, apósitos, crema solar, y algún antihistamínico por si acaso. Pero no todo se puede improvisar. Para cualquier duda o necesidad, es importante contar con una farmacia en Sevilla o en tu ciudad habitual donde te asesoren con cercanía y conocimiento.
Servicios que marcan la diferencia
Muchas farmacias hoy en día ofrecen servicios muy útiles más allá de la venta de medicamentos: medición de la presión arterial, análisis rápidos, formulación de productos específicos para piel o necesidades concretas… Es una gran ventaja tener cerca profesionales que te puedan orientar incluso sin cita médica. En mi caso, he aprendido muchísimo consultando dudas sobre suplementos o tratamientos estacionales en mi farmacia habitual.
No olvides la salud mental
Aunque el verano es una época más distendida, no debemos dejar de lado nuestro bienestar emocional. El descanso es fundamental. Desconectar del móvil, disfrutar de paseos al atardecer, leer o simplemente no hacer nada durante un rato es algo que recomiendo totalmente. Aprovechar el buen tiempo para reconectar contigo mismo es también una forma de salud.
Conclusión: el verano también se cuida
Disfrutar del verano no está reñido con cuidarse. Solo se trata de incorporar algunas pautas sencillas y tener a mano los recursos adecuados. Y si alguna vez tienes dudas sobre cómo mantenerte en forma, proteger tu piel o qué llevar en tu botiquín de viaje, no subestimes el valor de una farmacia de confianza como punto de apoyo. Porque el verano pasa volando, pero tu salud no debe quedarse atrás.